domingo, 30 de agosto de 2015

Gracias por todo, Dr. Sacks


Buenas tardes. Hoy nos ha dejado Oliver Sacks, el famoso neurólogo británico, Pozo de Sabiduría afincado en EEUU que nos mostró el funcionamiento cerebral patológico de mano de sus pacientes y de sus espectaculares casos. Me impactó leer su libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, referencia a finales de los ´90 para muchos aspirantes a neuropsicólogo/a que soñábamos con poder resolver este tipo de casos, así como los de síndrome de miembro fantasma de Ramachandran.


Sacks nació en Londres 1933 y era hijo de dos médicos judíos. Creció con sus tres hermanos mayores, que también llegaron a ser médicos, y más tarde se licenció en Fisiología, Biología y Medicina. El inicio de su carrera lo desarrolló en el hospital Middlesex en Londres, donde se acercó definitivamente a la neurología. En 1960 se fue de Gran Bretaña a Canadá y de ahí a EEUU, donde de California se mudó a Nueva York. Allí abrió una consulta de neurología y trabajó durante años en el Einstein College del Bronx. Después trabajó en la Universidad de Columbia, donde tuvo su cátedra además de su consulta, por la que pasaron pacientes que protagonizaron sus libros.

En los años ’70 empezó Sacks a escribir libros de divulgación mostrando personas con trastornos neurológicos, “historias de supervivencia” como él las llamaba, con el propósito de ayudar a otras personas que tenían ese trastorno. Uno de sus libros, “Despertares”, en que se trataba la Enfermedad de Parkinson y otras enfermedades degenerativas subcorticales, fue llevado la gran pantalla por los actores Robin Williams y Robert De Niro en 1990. Su gran éxito fue “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” (1985), donde la narración de 24 casos clínicos, entre ellos la agnosia visual asociativa que da título al libro, hizo ver al lector cómo viven las personas con esos trastornos. Otros títulos de Sacks son “Un antropólogo en Marte”, “Migraña”  y está previsto que salga su autobiografía “On the Move”.



Sacks, junto con Damasio, es uno de los pioneros en la divulgación de la Neurología clínica y de las Neurociencias, y los profesionales del ámbito de las neurociencias somos grandes admiradores de su obra por el rigor, la sencillez y la explicación narrativa de casos clínicos que antes quedaban en la consulta, pero sobre todo por mostrar la vivencia del trastorno por parte del paciente: no sólo hay que describir, sino poner de manifiesto el sufrimiento, las dudas, la confusión y la incertidumbre de quien padece un trastorno neurológico y le “pasan cosas” que si las contaran a otras personas les podrían tomar por “locos”.

Todos sabíamos que su estado de salud era grave, pero antes escribió el Dr. Sacks sobre la muerte, que no era un concepto abstracto, sino un objeto cercano que no debe negarse, siendo muy valiente de afrontar su enfermedad y explicar ese desenlace.

Agradezco profundamente al Dr. Sacks que esos casos trascendieran el laboratorio o la consulta y llegaran a lectores de todo el mundo y de toda procedencia profesional: la ciencia salió a la calle y los no-científicos pudieron disfrutar de ella en forma de libros que se convirtieron en grandes éxitos de ventas. Hoy nos queda su obra, su trayectoria profesional y su resiliencia.





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