viernes, 20 de febrero de 2009

Dedicado a una que "la lía parda"

Todos tenemos residentes especialmente complicados. En este caso no cuento sobre una persona particularmente agresiva, que suele isultar... No. Esta vez es sobre la residente más disruptiva que hay, diagnosticable de "potro desbocado" porque no se me ocurre otra opción.

Belén es una mujer de muy avanzada edad, pero con una vitalidad pasmosa. Su aspecto es tremendamente descuidado: cuando las auxiliares le asean por la mañana ella se pone ropa sucia que tiene guardada en el "almacén reserva" de su caótico armario. Previamente por la noche ha ensuciado cantidades de pañales, anoche cerca de 15, con el gasto que supone para su familia.

No quiere nunca comer en el comedor, se baja a la cafetería y no lleva una dieta adecuada por más que lo intentemos, le persigamos y seamos un tanto estrictos con ella. Imposible. Siempre vuelve a sus comportamientos como guardar yogures bajo la almohada, limpiar con azúcar las puertas del armario o las cien mil veces que ha roto la lámpara o la persiana.

La siguiente costumbre fue la de ducharse por las noches, pero a su modo, inundándolo todo y calándole al residente que está una planta más abajo. Se optó por cambiarle de habitación a una en que hubiera un buen desagüe: fracaso absoluto, porque no sólo caló a la nueva vecina de abajo, sino que por las noches, debido a la agitación que provoca el deterioro, se pone a mover todos los muebles.

Otra nueva idea fue sacarle los muebles para que tuviera lo mínimo y no hiciera ruido: fracaso, porque robó muebles de otra habitación. Y también cerrarle la llave de paso del agua, pero fracasó de nuevo, porque se iba a duchar a la habitación de al lado, inundando dos habitaciones más.

Esto todo por no hablar de los hurtos de colonias, geles, bolsos, ropa y demás enseres personales de otros residentes. O de que guarda comida en el bolso, o de que le encanta la suciedad y la desorganización (en un caso de deterioro severo, los psicólogos y psiquiatras lo llamamos gatismo).

No podemos emplear medidas restrictivas con Belén, ni cerrarle en una sala de Psicogeriatría, porque su familia dice que siempre ha sido de las que ha hecho su "santa voluntad" en todas las cuestiones. Particularmente, no me parece un comportamiento muy "normalizado".

Entonces, como sigamos así, Belén todas las noches nos la "liará parda" una y otra vez.

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