lunes, 1 de diciembre de 2008

Alijos y arsenales: cuando les da por acumular, y acumular, y acumular...

Se dice que muchas personas mayores han sufrido apuros económicos y en ciertos momentos han pasado mucho hambre. Cuando existe un deterioro cognitivo, las personas se obsesionan con ideas irracionales que no son capaces de desterrar de su pensamiento. Una de ellas es acumular, no sólo objetos, sino comida e incluso basura, tanto en bolsos como en armario.

Entre nosotros tenemos que tener especial interés en dos mujeres que llenan el bolso con todo lo que ven: galletas, pan, esponjas, pañuelos de papel, botellas de agua vacías, etc. Les sienta muy mal que alguna auxiliar les vacíe el bolso, aunque antes se están quejando de que sus bolsos pesan mucho y que quién será el desalmado que se los carga para que les duela la espalda.

También hay otras dos mujeres que tienden a llevarse la ropa de otros residentes, remarcándoles en la etiqueta con su nombre. Este perfil acumulador les hace que mezclen ropa limpia con sucia, incluso con pañales limpios y usados: el caso es tener los cajones llenos. Al ser personas con problemas cognitivos y ver que falta ese stock de ropa que habían acumulado, montan en cólera creyendo que se lo hemos robado, cuando lo que se ha hecho es llevarlo a lavar para repartirlo a las personas a las que se les habían extraviado esas prendas.



¿Cómo evitaríamos esas situaciones? Primero, previniendo que no saquen nada de los comedores: el pan es inofensivo, salvo que se lo tiren a la cabeza de alguien cuando ya está duro, pero es peor quien se lleva el cuchillo. También se suelen llevar la pieza de fruta que no toman, pero que se olvidan de tomar y que posteriormente se pudre en un cajón de su armario.

La medida más radical con los acumuladores ha sido pedir a la familia que se lleve lugares potenciales de almacenaje: una residente tenía una maleta grande en el altillo del armario donde guardaba toda la ropa sucia y limpia que encontraba. Y también se les revisa periódicamente los armarios y los bolsos a los residente problemáticos con esas cuestiones. Incluso a otras dos se les ha cerrado el armario con llave durante el día para evitar que acumulen o saquen ropa y la mezclen con basura.

Es un tema complicado, porque no siempre aceptan el poder ir a su habitación a hacer uso de sus pertenencias, pero es por un tema de facilitar el trabajo y la convivencia en el centro. No es plato de gusto que a cualquier residente le roben ropa y que otra persona aparezca con ella puesta, o peor aún, se manche de cualquier "cosa".

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