Ser un gran profesional de la medicina y a la vez no llegar a la treintena es muy positivo, porque indica que se tiene un gran camino por delante. Sin embargo, entre mayores y con sus esquemas prefijados suele ser más bien una desventaja.
Uno de los médicos de guardia de la Resi es muy joven, pero no por ello inexperto, sino todo lo contrario. Además, es de un trato personal muy cálido y cercano, pero a la vez respetuoso. Aunque tampoco quita para que entre compañeros sea una persona bromista, simpática y siempre dispuesta a animar a todos.
Pero cuando llegan los mayores... se imaginan al médico como "señor con barbas" o "que ya peina canas". Concretamente una de las residentes, Leticia, con deterioro cognitivo que no funcional, delirios, amnesia retrógrada (dice que tiene unos cuarenta años cuando son más de 90), tiene más de un encontronazo con este compañero.
Leticia se pasa el día sentada frente a la enfermería, y cuando tiene algún problema no tiene reparos en entrar. Siempre entra preguntando por el médico, y cuando ve un "señor con barba y bata blanca" queda satisfecha, pero si es joven... le dice "tú no eres el médico, tú eres el ayudante". Si se le replica que no, que es el médico, ella sigue en sus trece "que no, que tú eres muy joven para haber acabado ya la carrera". Y sigue que no quiere que le atienda, que es muy joven, que le está engañando y entre esas se marcha de la enfermería corriendo, frustrada por no haber atendido su demanda. Lo peor es que Leticia sale muy enojada diciendo que no hay médico, que está la enfermería vacía; pero es más duro que los demás residentes se lo creen y empiezan a envenenarse ellos solos pensando que no les atienden.
Ayyy!! Habrá que seguir convenciéndoles que no es lo que parece!! Y que la juventud no está reñido con la profesionalidad.
Un abrazo para mi compañero, el más joven de los médicos de la Resi, que sí que es el médico, que le creemos firmemente porque así nos lo ha demostrado con su buen hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario