Tanto tiempo sin pasar por mi blog... que tengo alguna que otra novedad. Con el cambio de año mis pozos siguen igual, con sus cosas, sus achaques, sus historias... y todavía queda mucha vida de la residencia que contar. Hoy escribo desde mi despacho de la Universidad, parece como si llevase doble vida a lo Hannah Montana, aunque nunca sé cuándo soy Hannah o soy Miley!!
Tengo una sorprendente revelación: ME HA TOCADO LA LOTERÍA.
Ya terminado 2008 y empezando 2009, quiero comentar que por primera vez en mi vida me ha tocado una pedrea de la lotería de Navidad. Esta vez era compartida con la médico del Centro, que es amiga mía personal, que sacamos un décimo a medias y... sí, ha tocado. Estoy realmente contenta, porque yo siempre he pensado que era gafe del todo para los juegos de azar. Ahora cambiaré de planteamiento, ya no soy gafe, sino que tengo mucha suerte!!
A esto hablando de lotería, el año pasado se me ocurrió decirle a Alejandra (de la que narré un episodio surrealista que tuvo en la Enfermería con un dolor abdominal) que a mí rara vez me tocaba la lotería, que me gastaba el dinero en los décimos y nada de nada. Entonces, como si de un musical clásico o de una película de Bollywood se tratase, se me puso a cantar una canción, a modo de consejo:
“Si quiere que te toque la lotería,
echa con el lotero la siesta un día.
Pues yo con el lotero la siesta he echado,
Pero la lotería no me ha tocado”.
Me pareció una canción tan graciosa que cada vez que la recordaba me mondaba de la risa, y como sigo siendo algo infantil, se la canté a más de uno. Ya se me pasó aquella risa floja por la canción, pero aún me sigue haciendo gracia.
Pues bien, a nosotras dos nos tocó la lotería, pero esta vez sin tener que echar la siesta con el lotero, sino con la suerte del azar.
Pero al Niño no jugué, grrrr...
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