Y ahora, el tema de las familias en el ingreso.
1.- Los que dicen que esta muy bien, y el residente resulta que está muy deteriorado.
2.- Los que dicen que está fatal, y resulta que está bien, aunque con achaques.
3.- Los familiares que preguntan todo, todo y todo.
4.- Los que se piensan que a su padre/madre no les darán de comer y les traen toda clase de alimentos.
5.- Los hijos peleados por mantener o no el vicio del residente: unos le traen tabaco y otros se lo quitan.
6.- Los que en la entrevista no dejan hablar al residente y contestan por él.
7.- Los que, en la situación anterior, se rebelan contra su hijo y le dicen "déjame hablar". Nos recuerda a cierto momento histórico de pedida de mano en la Casa Real Española.
8.- Los que discuten... qué mal rollo.
9.- Y los que llaman 100 veces al día.
10.- Se me olvida lo peor de todo: los que una vez vienen y jamás se vuelve a saber de ellos. Esto sí que es doloroso y no lo debemos permitir.
11.- Pero, dando una puerta a la esperanza, podemos hablar de los residentes que el primer día en el ingreso, esperando al médico hacen un nuevo amigo para los últimos años de su vida.
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